La ciudad está en constante cambio. Los Barrios Lastarria y Bellas Artes intentan volver a brillar luego de más de dos años de dificultades, por las consecuencias del estallido social, el encierro en el inicio de la pandemia y los desórdenes intermitentes de los viernes.

Los rayados en las paredes y el comercio ambulante pasaron a ser parte del paisaje habitual del sector, que se divide entre mantener su identidad pasada y el cambio comercial en donde han irrumpido negocios como farmacias, minimarkets y tiendas de accesorios para celulares.

El Barrio Lastarria nació en torno a la parroquia de La Vera Cruz, inaugurada en 1857, cuando solo unas pocas familias vivían en el sector. Ya para el 1900 con la remodelación del Cerro Santa Lucía y la construcción del Parque Forestal y el Museo de Bellas Artes, las clases más acomodadas llegan a la zona para construir aquí casonas elegantes al más estilo europeo.

Victoria Subercaseaux, prima y esposa del que Intendente Benjamín Vicuña Mackenna; Pedro Aguirre Cerda, Presidente de Chile entre 1938 y 1941; y el escritor y pensador liberal José Victorino Lastarria son parte de los vecinos. A los que se sumaron intelectuales, arquitectos y artistas reconocidos como Nemesio Antúnez, Camilo Mori, Luciano Kulczewski y Luis Orrego Luco y posteriormente, Jorge Edwards, Enrique Lihn, Enrique Lafourcade, Nissim Sharim, Bélgica Castro y Alejandro Sieveking.

Los últimos días de Les Assassins.

En sus crónicas del año 2012, el escritor Roberto Merino describía un “Lastarria recobrado” que mantenía una condición de oasis en medio del vértigo de la ciudad: “Yo diría que es uno de los pocos reductos de Santiago que no ha sido, en los últimos treinta años radicalmente modificado, reconstruido, empobrecido y picoteado”.

Época dorada que trajo consigo librerías, salas de arte y un sin número de cafés y restaurantes llenos de personalidad que remarcaban el carácter cultural y diverso de un barrio como pocos en Santiago.

Hoy, en momentos en que los Barrios Lastarria y Bellas Artes renacen nuevamente, hacemos un repaso con algunos de los locales que ya no están (y a quienes agradecemos su existencia), los clásicos que siguen dando la pelea y los más recientes, que entregan un nuevo aire a este único sector capitalino.

Cerrados o cambiaron de barrio:

Siguen:

Nuevos vecinos (últimos años):

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