Parece un rincón de China pero es Talagante. A media hora del centro de Santiago puedes encontrar el Templo Budista Fo Guan Shan, presente en Chile desde el año 2003, y que este domingo fuimos a conocer aprovechando la celebración del Año Nuevo Chino.
La parcela en donde se encuentra, cercana a la Ruta 78, nos recibió con lámparas de papel en la entrada. Hermosos globos rojos que nos anticipaban que estábamos en un lugar especial, con una vibración que por sobre todo transmite tranquilidad.
Llegando, el primer rito fue encender un incienso y darlo como ofrenda ante la figura de Buda. Junto a familias chilenas y chinas intencionamos nuestros deseos para este nuevo ciclo en donde el animal protagónico es el mono.
Luego vino la invitación a participar de la ceremonia. En la sala principal, la “misa” budista oficiada por la maestra Shi Miao Kuan nos transportó. Con cantos y oraciones que se podían escuchar en todo el templo, nos llevó en nuestro caso, a una meditación profunda. Unas cien personas dentro del salón, más otro centenar -repartidos en una sala con otro altar a Buda, en el patio y en los jardines- pudieron conectarse con un momento de despeje mental y purificación.
Mi hermana notaba tamaña diferencia con la celebración de los años nuevos de nuestra cultura occidental. Aquí la fiesta pasaba por orar y cantar pidiéndole a Buda “la oportunidad de hacerlo bien en este nuevo año” en un acto sobrio y de mucha sencillez.
Después de la ceremonia vino el momento de la comida. Platos tradicionales chinos se vendieron y regalaron a los presentes. Preparaciones hechas con amor budista y que incluyeron desde los clásicos arrollados primavera y chapsui de tofu hasta un budín de brócoli, gyosas, fritos de verdura (similar al japonés takoyaki) y un desconocido pan chino (algo así como una gyosa XL).
Ya satisfechos, se podía hacer una fila para un diagnóstico de salud o disfrutar de la presentaciones de artes marciales, una perra bailarina, y el juego-danza de dos leones animados por cuatro intérpretes. Momento marcado por uno de ellos, que “come” una lechuga, símbolo de prosperidad, que luego lanza “triturada” al público.
Ese día pudimos conversar brevemente con la maestra Shi Miao Kuan, quien llegó a Chile hace 12 años proveniente de Taiwán para hacerse cargo del templo. “Practicamos el budismo humanitario, a través de cultura, educación y ceremonia para purificar a la gente” nos dijo en un perfecto español.
Según nos comentó el 80% de los discípulos son chilenos, que llegan desde ciudades tan dispares como Concepción, Puerto Montt, La Serena, Viña y Valparaíso, además de Santiago.
Cualquier persona puede ir a conocer el templo o participar de los retiros de meditación, una experiencia especial y espiritual dentro de la Región Metropolitana.
Según nos contó la maestra, se trata del único templo de estas características, que se suman a otros centros en donde también se practica y difunde el budismo.
Y para quienes están alejados de este mundo, ¿cómo podríamos definir es el budismo? En palabras simples como el camino del Buda. Y ¿quién es Buda? Siddharta, un príncipe acaudalado que dejó su vida abundante en busca de la sabiduría, la que encontró después de años, meditando bajo un árbol de Bodhi. Esa noche, se iluminó con una única verdad: para acabar con el sufrimiento hay que liberarse del apego y el deseo.
Todo un mundo para encontrar aquí, en las afueras de nuestro querido Santiago.
- Dónde: Santa Amelia Parcela 8, Talagante, cerca de autopista de Sol A 35 km
- Cuándo: Se puede visitar de martes a dDomingo de 9:00 a 17:00 horas
- Cuánto: Entrada gratuita
- Más información: www.templobudista-fgs.cl
- Contacto: templo.fgs@gmail.com 02-28172024 / 02-28173838
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