Que duda cabe que los tiempos que nos tocan vivir son tremendamente desafiantes. Pareciera que no tienen fin las exigencias del teletrabajo (para quienes tienen la fortuna de seguir con empleo), las preocupaciones económicas y los riesgos de una pandemia que no tiene para cuándo terminar. De ahí la importancia, de mantenernos más que nunca en contacto con la naturaleza y sus ciclos, esos que nos aterrizan y nos llevan a estar conscientes de que mañana vuelve a salir el sol, y que independiente de todo, a la primavera, le seguirá el verano, y así el resto de las estaciones.
Por Paulina Cabrera C.
Una de las cosas buenas que me han dejado estos meses del confinamiento, es la urgencia de lograr una vida auto sostenible en el corto plazo, con un consumo acotado a las reales necesidades y en donde la mayor cantidad de productos y alimentos sean hechos en casa. La alegría de cocinar tu propio pan o cosechar tus propias verduras no tiene comparación con el “llegar y comprar en el supermercado”, por eso que mi invitación es a motivarlos a instalar su propio huerto urbano.
Si tienes luz solar y un espacio al aire libre, tienes esa oportunidad. Las plantas de tomates o pepinos necesitan un mínimo de 6 a 7 horas de exposición al sol, mientras que las de hojas verdes como la lechuga o acelgas, requieren de idealmente cuatro horas.
En mi caso, en el edificio donde vivo, tenemos un pequeño patio interior en donde me autoimpuse la misión de iniciar un huerto urbano comunitario. Primero fue ordenar y despejar, para luego preparar distintos recipientes como cajones de madera y viejos maceteros dados de baja. Lo ideal es que tengan una altura de 20 centímetros y que puedas tener una mezcla de sustrato rica en minerales y nutrientes. Además de contar con una fuente de agua cercana para facilitar el riego (yo estoy regando tres veces por semana por ahora).
En la búsqueda de cómo partir la huerta encontré dos emprendimientos de gran calidad. El primero se llama Mi Jardín Secreto que tiene todo lo que necesitas: desde un kit completo de mesa de cultivo y almácigos ($50.000); hasta sacos de mezclas listas a buen precio ($7.000 los 40 litros) y una amplia variedad de pequeñas plantas como lechugas, acelgas, pimientos, porotos y tomates. También cuentan con semillas por si te animas a partir de cero, y venta de verduras y frutas de su propia cosecha.
El otro emprendimiento que recomiendo es Herbarium, ubicado en la comuna de Peñalolén, y que ofrece toda una experiencia al recorrer sus jardines y vivero. Lo que era un sitio eriazo en 1989, fue convertido por Marie Arana en un frondoso espacio lleno de vida, árboles, flores y plantas. Aquí donde también podrás sentarte a contemplar un pequeño laberinto verde, se dan talleres de identificación de especies y manejo de huerta y te entregan asesoría por cada almácigo que te llevas. Además arriendan los espacios para eventos y como si fuera poco, dan terapias hortícolas para desarrollar mayor bienestar. Si no puedes contar con tu propio huerto, aceptan voluntarios para trabajar el jardín.
- Mi Jardín Secreto – Síguelos en Instagram y Facebook
Ventas online de lunes a viernes entre 08.00 y 17.30 horas - Herbarium – Síguelos en Instagram y Facebook
Dónde: Avenida Jose Arrieta 9960, Peñalolén
Cuándo: Los jardines, el vivero y el taller del Herbarium están abiertos de lunes a viernes de 9.00 a 18.00 horas. Sábado de 10.00 a 18.00 horas. Cerrado domingo y feriados.
Cuánto: Entrada liberada
Así que anímense. Yo tengo mi pequeño huerto ya está instalado, y estoy contando las semanas para poder cosechar las primeras lechugas, tomates y acelgas. Estoy segura que el sabor no me defraudará.