Marcos grandes y pequeños, con minuciosas tramas y dibujos hechos a mano en Francia, traídos por barco en tiempos del salitre, admirados en viejas casonas de la capital y hoy a la espera de renacer en manos de Fernando Guajardo. Uno de los tres restauradores de excelencia en todo Chile y que sabe lo que hace. Con paciencia sagrada ha trabajado los últimos 35 años recomponiendo y revalorando una a una piezas de madera con bellas molduras que han servido de soporte para óleos de diversos artistas, incluidos Juan Francisco González y el mismísimo Rugendas.
Y es que todos saben que su trabajo es de primera. Tiendas de otras comunas toman pedido de restauraciones que él termina en su taller de calle Brasil. Con su ojo experto remueve pinturas, recrea piezas perdidas y deja como nuevos marcos del siglo pasado y antepasado, en un oficio que lleva ya tres generaciones en la familia y que él espera poder heredar a su hijo.
Un trabajo puede demorar de un par de días a un par de semanas, dependiendo del daño en las maderas. Pero el tiempo no importa demasiado. El tema es hacerlo bien. «En Francia la gente que hacía los marcos se dedicaba sólo a eso, y nadie los apuraba», señala mostrándome el pino oregón con el que fueron fabricados y que nada tiene que ver con las versiones en resina que hacen los chinos. «Jamás lo van a lograr», asegura respecto a la diferencia en la calidad. Y tiene razón. No hay punto de comparación entre los marcos a gran escala y estos que son dignos de ser catalogados como obras de arte.
Para prueba de ello, su esposa me acerca uno de los pocos que contienen algo dentro. En una página en blanco se lee una cita de Ortega y Gasset: «Viven los cuadros alojados en los marcos. Esa asociación de marco y cuadro no es accidental. El uno necesita del otro. Un cuadro sin marco tiene el aire de un hombre expoliado y desnudo».
Dónde: Brasil 1020, Santiago
Horarios: De 7.00 a 21.00 horas de lunes a lunes… Y es que don Fernando no para nunca.
Precios: Restauraciones de telas y marcos desde $30.000
Dato extra: Fíjense en el espejo enorme que está en una de las habitaciones de la entrada. Debe tener unos tres metros de ancho!
Ejem… perdone la curiosidad… pero ya que usted lo dijo… cuales son los otros dos????? jo!Preciosa la casa-taller de don Fernando, y por lo que se ve… si que sabe lo que hace. Comparto la cita, un marco puede realzar, completar, hacer lucir -y también lo contrario- a un cuadro.Me gustó mucho esta entrada! gracias!
Uno es su hermano y el otro un anticuario del sector! 🙂 Como te decía tiendas de otras comunas llegan a él!
buenisimo, reportaje.
Excelente reportaje
Hola me gustaría un. Marco para una pintura que me hizo mi nuera tiene un gran sentido emosional la hizo después que mi esposo falleció recién