Un spaghetti emulsionado de dulce picor pareciera ser el plato para ir a la segura -y con altas posibilidades de recaer- en el tailandés de siempre.

*Por Pamela Torres

Se agradece una pasta al dente en un ambiente relajado. Si a eso le agregamos una intensa mixtura de curry rojo, leche de coco, pollo asado desmenuzado, camarones ecuatorianos y albahaca, entonces podemos estar frente a una experiencia sensorial interesante. Puesto que las guarniciones de esta pasta de trigo salteado atesoran cautivantes sorpresas.

Lo cierto es que el Kang Dang aparentemente inicia a los comensales en un entramado de fideos, pero en su nido aloja el intenso balance de sabores básicos, todos juntos, quedando reverberando en el paladar lo dulce, fresco y picante. Sobresale el despunte ergido y fragante de albahaca que, junto al detalle visual de un trocito escultórico de zanahoria, corona la merienda.

Se trata de una delicia del tailandés de siempre. ¡Sí! Ese mismo que se hizo famoso en los pasillos de la Feria del Biobío y, luego, estiró el mantel para subir a distintas comunas de la zona Oriente de Santiago. En Avenida Ossa, la exquisita sazón es servida por empáticos garzones que, sin salamerías, atienden sin interferir, dando espacio al gran protagonista: la intimidad de la conversa.

Advierto que degustar este platillo puede producir un consumo problemático. Es que estos tallaras no te dejan libre. Su chispa y destello de dulce ardentía desata toda nuestra gula. Entonces, a la semana siguiente, ya estamos pensando en un bis, desatando operaciones para permitirnos la licencia calórica.

  • Dónde:  Lai Thai. Av. Ossa 2294, Ñuñoa
  • Cuánto: $5.500
  • Dato extra: Cuenta con mesas en terraza, wifi, carta de jugos y tragos. Y un postre de camote que -aunque diamante en bruto- es una buena guinda para culminar la ingesta.

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