*Por Paulina Cabrera y Gonzalo Orellana Hidalgo

Fue un 20 de julio pero del año 1969. Exactamente a las 22:56 hora chilena de aquel domingo, 650 millones de personas en todo el mundo vieron la histórica imagen del astronauta Neil Armstrong pisando la superficie lunar.

Fue el “pequeño paso” y el “gran salto para la humanidad” de la hazaña que marcó a toda una generación que vio con asombro lo que parecía imposible. Uno de ellos, fue el chileno Renato Leyton Echegaray, quien en ese entonces trabajaba en la que fuera la estación de monitoreo de satélites de la Nasa ubicada en Peldehue, a 41 kilómetros de Santiago. La terminal era parte de una red de rastreo que también tenía estaciones en Antofagasta, Perú, Ecuador y Madagascar, entre otros.

El ingeniero que llegó a convertirse en jefe de turno de mantenimiento y operaciones de la estación norteamericana  de Santiago conoció a Neil Armstrong y Richard F. Gordon en su visita a Chile en 1966, “nos visitaron, los conocimos personalmente cuando ya estaban asignados a la misión de ir a la Luna”. En esa época trabajaban cerca de 400 profesionales encargados del mantenimiento de receptores, antenas, transmisores y dispositivos de grabación. “Habían muy pocos computadores” nos cuenta, sobre la estación que dejó de funcionar en 1989 cuando fue donada a la Universidad de Chile convirtiéndose en el Centro de Estudios Espaciales hasta 2008, para luego ser vendida a la Swedish Space Corporation, sus dueños actuales.

Sobre el histórico día recuerda: “Estaba en turno, recuerdo ir escuchando la cuenta regresiva, de cuando iban bajando y de repente se cortaba y volvía la transmisión. La gente en las estaciones de control en Houston iban comentando lo que acontecía cada minuto y por supuesto cuando Armstrong bajó el jolgorio entre los norteamericanos fue inmenso. Mi pensamiento fue esta gente debe estar orgullosa de lo que ha logrado su país, pero yo también estaba ahí y me di cuenta que en alguna cosa minúscula había cooperado en esa verdadera hazaña”.

La transmisión y los pedacitos de Luna

Otro de los hitos en que Chile fue protagonista ese día fue la transmisión televisiva. Grandes y chicos se maravillaron con las imágenes del primer hombre pisando el satélite natural, siendo nuestro país uno de los pocos que tuvo el privilegio de ver en vivo el alunizaje y caminata lunar de la tripulación del Apollo 11. 

Esto gracias a la gestión del Presidente Eduardo Frei Montalva y a que un año antes se inaugurara la primera estación satelital en nuestro país. Se trataba de la primera en su tipo y dimensiones en Latinoamérica, con una súper antena de 30 metros a cargo de Entel. Instalada en el sector de Longovilo, en San Pedro de Melipilla, en una zona rodeada de cerros bajos, pero suficientemente altos para aislar las interferencias de los alrededores.

Aparentemente no había cómo lograr captar la señal de la Nasa ya que esta sería enviada por un satélite en el Pacífico, y la antena de Longovilo sólo enviaba y recibía información desde el Atlántico. Sin embargo, uno de los trabajadores de la estación detectó que justo entre unos cerros se lograba captar la señal del Pacífico sin embargo, lograr esta conexión implicaba un gran riesgo: desconectar por horas todo el tráfico internacional del satélite sobre el Atlántico que pasaba por Longovilo 1 y redirigirla hacia el Pacífico. Al ser informado de esta histórica oportunidad, el presidente Frei respondió: “Háganlo. Un hito de esta importancia para la humanidad no podemos dejar de verlo”.

El personal en Longovilo corrió contra el tiempo para lograr mover y ajustar la antena entre el 16 y 20 de julio, logrando recibir los datos del satélite del Pacífico. Fue así como todos los chilenos tuvieron la oportunidad de apreciar el momento preciso en que Neil Armstrong pisaba la luna directo en sus televisores.


El presidente Frei no sólo se vio involucrado en esta importante gestión a nivel nacional, ya que también fue contactado por la Nasa para dar un pequeño mensaje a nombre de Chile. Todo esto gracias a una idea del gobierno estadounidense que solicitó mensajes de buena voluntad a los líderes del mundo y que fue grabado en una pequeña cinta especial que fue dejada en la superficie lunar. “Que los hombres de nuestro planeta lleven a la Luna un mensaje de paz y buena voluntad desde este lugar en la Tierra que es Chile” dijo entonces el Primer Mandatario.

En febrero de 1970 parte de la tripulación de la misión Apollo 12 visitó Chile para realizar entrega al presidente de una bandera chilena que viajó en el Apollo 11 además de rocas lunares recolectadas en esa misión. Tesoros objetos que son parte de la colección de la Casa Museo Eduardo Frei.

«Esta bandera de vuestra nación fue llevada a la Luna y traída de vuelta por el Apolo XI, y este fragmento de la superficie lunar fue traído a la Tierra por la tripulación de ese primer aterrizaje lunar» dice la placa que acompaña los regalos.

X